viernes, 5 de diciembre de 2014

FABULA (SUBGÉNERO MENOR )





La palabra fábula proviene del término latino fabŭla.
Tal como explica el diccionario de la Real Academia Española (RAE), se trata de
un relato de ficción que carece de gran extensión, puede estar
desarrollado en verso o prosa y tiene como principal característica su voluntad
didáctica
. Lo habitual es que la fábula enseñe a través de una moraleja que
cierra la historia en cuestión.


Por
ejemplo: “¿Conoces la fábula de la hormiga y la cigarra?”“De
chico me fascinaban las fábulas”
“El abuelo Tomás me contó una
fabula sobre la importancia de cuidar la naturaleza”
.


Las
fábulas pueden presentar a seres humanos, animales y otras clases de seres como
personajes. Como género literario, se trata de una narración breve
que finaliza con alguna enseñanza.


Los
historiadores afirman que las fábulas surgieron cuando los esclavos
grecorromanos dedicados a la pedagogía buscaban transmitir nociones
éticas a los pequeños. Estas instrucciones respetaban la moral pagana e
indicaban que las virtudes naturales de las cosas no podían cambiarse. Con el cristianismo,
en cambio, las fábulas comenzaron a incluir la posibilidad de cambio dentro de
la conducta humana.


Muchos son los autores que a lo largo
de los siglos han llevado a cabo la creación de fábulas con el objetivo de
entretener, de enseñar y de mostrar sus cualidades literarias. Entre ellos
destaca, sin lugar a dudas, el francés Jean de La Fontaine que realizó durante
el siglo XVII una gran colección de obras enmarcadas en este tipo de género.


No obstante, tampoco podemos obviar
el papel que jugaron otros escritores de gran relevancia en esta área como
sería el caso de Boisard, Jean Pons Guillaume Vennet o el polaco Ignacy
Krasicki, que adquirió una gran fama en el período de la Ilustración.


A todos ellos, habría que añadir el
de un escritor español cuyo nombre se identifica claramente con el género de la
fábula pues consiguió crear una amplia colección de obras de este género que
han conseguido sobrevivir al paso del tiempo y que han ido pasando de
generación en generación. Nos estamos refiriendo a Félix María Samaniego.


Este autor, nacido en Álava en 1715,
se caracterizó porque utilizó el verso para realizar sus fábulas y porque ellas
estaban cargadas de una gran crítica a determinadas costumbres o normas
morales, a las actitudes llevadas a cabo por los políticos de aquel momento o a
personajes de la sociedad que no eran precisamente un dechado de virtudes.


Entre
sus fábulas más conocidas y que, como decíamos anteriormente, han llegado de
manera muy activa hasta nuestros días se encuentran  La cigarra y la
hormiga 
La zorra y las uvas.


El
término fábula también se utiliza en algunos países como un adjetivo coloquial
que destaca algo como muy bueno o extraordinario.
Algo que “está de fábula”, en este sentido, es maravilloso,
sorprendente, de gran calidad, etc.: “La fiesta de anoche estuvo de
fábula”
“Ayer vi una película de fábula sobre tres dragones que
recorrían el mundo en búsqueda de aventuras”
“¡Qué partido de
fábula! Hubo tres goles en cinco minutos”
.


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